miércoles, 10 de abril de 2013

TOC-TOC, ¿quién es? Soy el Trastorno Obsesivo-Compulsivo

Acercamiento al Trastorno  Obsesivo-Compulsivo (TOC)

El Trastorno Obsesivo Compulsivo es uno de los trastornos psicológicos más frecuentes entre la población, con una prevalencia de 2,5 por 100. La edad de origen se encuentra entre los 15 y 20 años. Sobre si es más frecuente en hombres o en mujeres, existen datos contradictorios. Además, presenta una alta comorbilidad con otros trastornos (ansiedad, depresión, agresividad, fobias, disfunciones sexuales, problemas familiares y de pareja…). (Esto significa que se presenta conjuntamente con otros problemas psicológicos de forma frecuente) y puede llegar a ser altamente incapacitante para quien lo sufre.

Este trastorno está compuesto por dos elementos: las obsesiones y las compulsiones.



¿Qué harías de tu vida... ?


La niña que silenció al mundo



Ser feliz... ¡no es tan difícil!


viernes, 5 de abril de 2013

LA PRISIÓN DEL ODIO


La prisión del odio

Dos hombres habían compartido injusta prisión
durante largo tiempo en donde recibieron
todo tipo de maltratos y humillaciones.
Una vez libres, volvieron a verse años después.
Uno de ellos preguntó al otro.

-¿Alguna vez te acuerdas de los carceleros?

-No, gracias a Dios ya lo olvidé todo -contestó-. ¿Y tú?





-Yo continúo odiándolos con todas mis fuerzas -respondió el otro.

Su amigo lo miró unos instantes, luego dijo.

-Lo siento por ti. Si eso es así, significa que aún te tienen preso.



DESCONOCIDO

MITOS SOBRE LOS PSICÓLOGOS Y LA PSICOLOGÍA



MITOS SOBRE LOS PSICÓLOGOS Y LA PSICOLOGÍA

En la actualidad existen gran cantidad de mitos y creencias erróneas acerca de los psicólogos y la psicología, que van desde las posiciones más escépticas de quienes afirman que “no creen en la psicología” o “no se fían de los psicólogos” a quienes piensan que si hablan de sus problemas con un psicólogo, éstos se solucionarán por sí mismos. 

Con este artículo se pretende romper algunos de estos mitos y servir de orientación para quienes tienen dudas o no están seguros de qué es lo que un psicólogo puede hacer por ellos.





jueves, 4 de abril de 2013

El estrés bajo control

El estrés
¡Mantenlo a raya!

Podemos estar estresados y no darnos cuenta.



Podemos sentirnos mal físicamente y no saber que esas molestias estás provocada por el estrés.

Uno de los principales problemas es que con frecuencia ni siquiera nos damos cuenta de nuestro nivel de estrés.

¿Por qué?


  1. Nos acostumbramos a la vida que llevamos y ya no le prestamos atención a lo que sentimos. Llegamos a convencernos de que sentirse así es normal.

  2. Le quitamos importancia, porque creemos que no podemos hacer nada para cambiar lo que está pasando. Creemos que es inevitable.



En relación al primer punto, quiero contarte un experimento que se hizo en un laboratorio (un tanto cruel, todo hay que decirlo):

Un grupo de investigadores puso a hervir una olla con agua. Cuando el agua empezó a hervir metieron a una rana.
Ésta, al contacto con el agua hirviendo, saltó hacia fuera inmediatamente.
Así salvó su vida.

Más adelante, colocaron a la rana dentro de la misma olla, pero con agua fría. Pusieron la olla en la lumbre, con una llama muy pequeña.
El agua se fue calentando poco a poco hasta que hirvió.
La rana no se dio cuenta del cambio de temperatura y murió.


Cuando el estrés forma parte de nuestra vida diaria, nos acostumbramos a él. Va aumentando poco a poco, de forma que no nos damos cuenta de que, como la rana, no estamos quemando vivos.


¿Hablar, o no hablar? Esa es la cuestión...

¿Hablar, o no hablar? Esa es la cuestión...






martes, 2 de abril de 2013

¿SERÍAS CAPAZ DE MATAR A ALGUIEN?


EL EXPERIMENTO DE STANLEY MILGRAM

EL PELIGRO DE LA OBEDIENCIA

En los años 60, Stanley Milgram realizó un estudio psicológico que desveló que las mayoría de personas corrientes son capaces de hacer mucho daño, si se les ordena hacerlo.
La idea surgió en el juicio de Adolf Eichmann, en 1960. Eichmann fue condenado a muerte en Jerusalén por crímenes contra la Humanidad durante el régimen nazi. Él se encargó de la logística. Planeó la recogida, transporte y exterminio de los judíos. Sin embargo, en el juicio, Eichmann expresó su sorpresa ante el odio que le mostraban los judíos, diciendo que él sólo había obedecido órdenes, y que obedecer órdenes era algo bueno. En su diario, en la cárcel, escribió: «Las órdenes eran lo más importante de mi vida y tenía que obedecerlas sin discusión». Seis psiquiatras declararon que Eichmann estaba sano, que tenía una vida familiar normal y varios testigos dijeron que era una persona corriente.
Stanley Milgram estaba muy intrigado. Eichmann era un nombre normal, incluso aburrido, que no tenía nada en contra de los judíos. ¿Por qué había participado en el Holocausto? ¿Sería sólo por obediencia? ¿Podría ser que todos los demás cómplices nazis sólo acatasen órdenes? ¿O es que los alemanes eran diferentes?
Un año después del juicio, Milgram realizó un experimento en la Universidad de Yale que conmocionó al mundo. La mayoría de los participantes accedieron a dar descargas eléctricas mortales a una víctima si una persona de autoridad se lo ordenaba o presionaba para hacerlo.





ME DOY PERMISO PARA



ME DOY PERMISO PARA...




Me doy permiso para separarme de personas que me traten con brusquedad, presiones o violencia,
de las que me ignoran, me niegan un beso, un abrazo...

No acepto ni la brusquedad ni mucho menos la violencia aunque vengan de mis padres o de mi marido, o mujer.
Ni de mis hijos, ni de mi jefe, ni de nadie.
Las personas bruscas o violentas quedan ya, desde este mismo momento fuera de mi vida.

Soy un ser humano que trata con consideración y respeto a los demás. Merezco también consideración y respeto.

Me doy permiso para no obligarme a ser “el alma de la fiesta”, el que pone el entusiasmo en las situaciones, ni ser la persona que pone el calor humano en el hogar, la que está dispuesta al diálogo para resolver conflictos cuando los demás ni siquiera lo intentan.

No he nacido para entretener y dar energía a los demás a costa de agotarme yo: no he nacido para estimularles con tal de que continúen a mi lado.
Mi propia existencia, mi ser; ya es valioso.
Si quieren continuar a mi lado deben aprender a valorarme.
Mi presencia ya es suficiente: no he de agotarme haciendo más.

Me doy permiso para no tolerar exigencias desproporcionadas en el trabajo.
No voy a cargar con responsabilidades que corresponden a otros y que tienen tendencia a desentenderse.
Si las exigencias de mis superiores son desproporcionadas hablaré con ellos clara y serenamente.


(Continúa leyendo...)

lunes, 1 de abril de 2013

¿Cuándo acudir a un psicólogo?


¿Cuándo acudir a un psicólogo?

No existe una norma fija para determinar cuándo es el momento de acudir al psicólogo para solicitar ayuda, ya que un problema puede afectar de forma distinta a cada persona, por tanto es algo puramente subjetivo. De hecho muchas veces no depende tanto del problema en sí, como del hecho de considerar que no tenemos recursos suficientes para enfrentarlo o solucionarlo solos.

Debemos acudir al psicólogo cuando detectamos que uno o varios problemas bloquean, entorpecen o dificultan en exceso nuestra vida, inundándola de sensaciones desagradables y malestar, impidiéndonos gozar de sus aspectos positivos o placenteros.

En ocasiones, creemos que somos capaces de "salir de ésta" solos, y que lo único necesario es serenarnos y darle tiempo al tiempo. Pero a menudo, determinados problemas no se solucionan solos ni fácil ni rápidamente si no es con ayuda de un profesional.

Pedir es tan necesario como dar. No confundamos la autonomía o la autosuficiencia a la hora de gestionar nuestras vidas con la negativa a solicitar la ayuda de otras personas en un momento dado para conducir esas acciones a buen puerto.

Recordemos que la Salud, según la Organización Mundial de la Salud, es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no únicamente la ausencia de enfermedad.

 El psicólogo es, simplemente, un experto en salud mental que actúa como asesor y acompañante y que intentará ayudarnos a que consigamos (siempre por nosotros mismos y desde nosotros mismos)  mayor  bienestar y estabilidad, dotándonos de estrategias y herramientas útiles para manejar y solucionar los problemas presentes y prevenir o resolver los futuros, aumentando la seguridad en nosotros mismos, así como propiciando un mejor discernimiento en la búsqueda de soluciones y potenciando nuestra autoestima.



La Ansiedad Generalizada y las Preocupaciones


El Trastorno de Ansiedad Generalizada es el trastorno de ansiedad más frecuente de todos. Es por ello objeto de gran interés desde un punto de vista clínico, sanitario y social. Su prevalencia global es del 5%; sin embargo, sólo un 25 % de los pacientes que lo sufren busca ayuda, y además esto, cuando sucede, suele ser tarde, generalmente a los 35-40 años, cuando a menudo han transcurrido más de 10 años desde el inicio del problema, casi siempre derivados por su médico de cabecera por problemas asociados a los que no se encuentra causa de tipo físico, como insomnio, dolores musculares, cefaleas, fatiga excesiva...

La razón por la que los pacientes tardan o no llegan a solicitar ayuda psicológica es debido a que es un trastorno menos incapacitante que otros (como el Trastorno Obsesivo-Compulsivo o el Trastorno de pánico), así como por la creencia ampliamente extendida de que forma parte de su "personalidad". Los pacientes a menudo afirman que ellos "simplemente son así" y que "han sido así siempre", creen que es su forma de ser y por tanto consideran que no es algo modificable.

Este trastorno es más frecuente en mujeres que en hombres (aproximadamente, 60% mujeres, 40 % hombres, al menos en el mundo occidental). Se inicia normalmente en la edad adulta joven (18-30 años) y la duración media de los episodios se encuentra en torno a los 10 años, con fluctuaciones en la presentación e intensidad de los síntomas durante ese tiempo.

Pero, ¿qué caracteriza al trastorno de ansiedad generalizada?